Entrevista a Sergio Guerra Vilaboy. A la luz de la Carta de Jamaica.

La Habana

Del pasado y el presente de Latinoamérica y el Caribe habló Por Esto! con el Doctor Sergio Guerra Vilaboy, presidente de la Asociación de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe, a propósito de la inauguración, en La Habana, de un relevante Coloquio sobre Bolívar y ese importante documento histórico.

Entrevista realizada por Marina Menéndez

 

Foto: Lisbet Goenaga y Archivo Especial para Por Esto!

Resulta enriquecedor conversar con el Doctor Sergio Guerra Vilaboy, director del Departamento de Historia de la Universidad de La Habana y presidente de la Asociación de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe (ADHILAC), sobre todo si se trata de una figura emblemática como la de Simón Bolívar, cuando estamos a las puertas del bicentenario de ese texto suyo que el estudioso califica como “un verdadero ensayo político-social”: la Carta de Jamaica.

 

De la importancia que se le concede a este documento habla el evento que, promovido por la propia ADHILAC, abre sus puertas el próximo lunes en La Habana y que reunirá a más de 140 ponentes, casi un centenar de ellos extranjeros procedentes de 14 países, entre los que descuella México por el número de participantes: el Coloquio Internacional de la AHILAC 2015 “La integración en América Latina y el Caribe: alternativas históricas y proyección actual, a 200 años de la Carta de Jamaica de Simón Bolívar”.

Tema tan ambicioso que nos trae del pasado hasta el presente se desgranará durante dos días en 24 mesas de trabajo, con el coauspicio de varias instituciones nacionales como la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, el Ministerio de Cultura, la Universidad de La Habana y el Instituto de Historia de Cuba, así como universidades y centros de investigación de Venezuela, Ecuador, México, España y otros países.

 

Además, el Coloquio incluye actividades colaterales como presentaciones de libros y revistas, entre las que ocupa un lugar destacado el número 8-9 de Chacmool, Cuadernos de Trabajo Cubano-Mexicano, que se edita en Mérida, Yucatán, y que desde hace años el propio Sergio Vilaboy dirige junto al Doctor Carlos Bojórquez, rector de la Universidad de Oriente, quien tomará parte en el acto de presentación de esta edición de la revista, el mismo día 7 de septiembre.

 

El propósito principal del evento, explica el investigador, historiador y filósofo cubano, es “analizar el tema de la integración latinoamericana desde sus antecedentes y orígenes, hasta los acontecimientos más recientes”.

¿Qué importancia le adjudica a la Carta de Jamaica a la luz de la situación latinoamericana, 200 años después de su promulgación?

—La Carta de Jamaica, redactada por Simón Bolívar en forma de misiva y titulada Contestación de un americano meridional a un caballero de esta isla —que era el comerciante inglés Henry Cullen—, hace ahora exactamente 200 años, nos da una idea del pensamiento del Libertador en plena madurez intelectual. El texto es un verdadero ensayo político-social, relativamente extenso, sobre la situación de la lucha independentista en la América Hispana en ese momento histórico concreto, cuando en todas partes se producía el avance de las fuerzas colonialistas y los patriotas resistían en diferentes escenarios. El contexto del documento es un clima continental adverso, que había obligado a Bolívar a exiliarse en Jamaica, tras dejar Venezuela, donde ya había caído la II República (1813-1814) y de renunciar al mando supremo de los ejércitos neogranadinos en mayo de 1815, para evitar los enfrentamientos fratricidas.

En la Carta de Jamaica, el Libertador, dando muestra de su dominio de la historia, la filosofía y las doctrinas políticas de su tiempo, se manifiesta confiado en el triunfo final de la causa emancipadora y de manera razonada explica el sistema político que deberá prevalecer en los nuevos Estados que surgirán tras el inevitable fin del imperio colonial español, y que en su criterio deberán adoptar un carácter republicano, no monárquico, ni federalista. Sin duda alguna, se trata de un documento visionario, donde Bolívar no solo pronostica con bastante exactitud el futuro derrotero de los acontecimientos, sino también revela, por primera vez, su sueño de conseguir la unidad de Hispanoamérica, que indistintamente denomina Colombia, como la llamo Francisco de Miranda o América Meridional. Por eso escribe:

“Yo deseo ver formar en América la más grande nación del mundo”. “Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes Estados que hayan de formarse”.

No obstante, con crudo realismo, advierte sobre las enormes dificultades existentes entonces para la concreción de ese gran ideal, agregando a renglón seguido:

“Mas no es posible, porque climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres semejantes, dividen a la América”.

El sueño de Bolívar mantiene hoy plena vigencia, como también su llamado a la unidad de los hispanoamericanos —latinoamericanos y caribeños diríamos hoy—, para conseguir la independencia y la integración de nuestros pueblos. Por eso, casi al final de la Carta de Jamaica, después de explicar las dramáticas consecuencias que la falta de unidad trajo a los patriotas, sentencia:

“Seguramente la unión es la que nos falta para completar la obra de nuestra generación”. Y a continuación, añade: “Yo diré a usted lo que puede ponernos en actitud de expulsar a los españoles y de fundar un gobierno libre: es la unión, ciertamente; mas esta unión no nos vendrá por prodigios divinos sino por efectos sensibles y esfuerzos bien dirigidos”.

— Se ha escrito mucho acerca del hallazgo del original de la Carta de Jamaica, que se adjudica al historiador ecuatoriano Amílcar Varela Jara, en 2014, en el Fondo Jacinto Gijón del Archivo Histórico del Banco Central del Ecuador? ¿Qué puede comentarnos de ese hecho?

— La Carta de Jamaica solo era conocida por la versión publicada por primera vez por el historiador y patriota cubano-venezolano Francisco Yáñez en 1833 y que el acucioso investigador venezolano Vicente Lecuna incluyera en las Obras Completas de Simón Bolívar, editada en La Habana en 1947. Por ello, fue muy importante el descubrimiento del documento original, en 17 folios, en la letra del secretario de Bolívar en Jamaica, Pedro Briceño Méndez, que se daba por perdido.

El hallazgo lo realizó el profesor ecuatoriano Amílcar Varela Jara hace ya casi 20 años, en mayo de 1996, en los fondos del Archivo Histórico del Banco Central del Ecuador. Se comprobó su autenticidad, no solo por su coincidencia con el texto ya publicado —salvo diferencias menores y la existencia de un pequeño párrafo que había sido suprimido de las versiones en español conocidas—, sino también por distintas pruebas, entre ellas el análisis químico del papel y la grafología del redactor. En la medida que nos fuimos acercando a la conmemoración de los 200 años de este documento histórico, el hallazgo del investigador ecuatoriano se ha puesto en primer plano, sobre todo cuando el 4 de noviembre de 2014, el presidente Nicolás Maduro dio a conocer su existencia a los medios de difusión.

— ¿Cuánto, considera, ha podido concretarse el legado de Bolívar?

El legado integracionista de Bolívar, que el trató de concretar con la fundación en 1819 de la gran Colombia —agrupó a las actuales repúblicas de Venezuela, Ecuador, Colombia y Panamá— y en el Congreso de Panamá en 1826, fue languideciendo tras su muerte en 1830. En las primeras décadas del siglo XIX solo en ocasiones muy puntuales, cuando algún país hispanoamericano veía amenazada su soberanía por Estados Unidos o las grandes potencias europeas, se hicieron intentos por revivir el proyecto integracionista de matriz bolivariana. Posteriormente, con el advenimiento del imperialismo norteamericano, ese ideal fue abandonado por los Gobiernos del subcontinente, aunque se mantuvo vivo en personalidades de Nuestra América como José Martí, así como en movimientos revolucionarios y determinadas organizaciones sociales e intelectuales. Solo después del triunfo de la Revolución Cubana el sueño de Bolívar comenzó firmemente a ser recuperado, y alcanza en el siglo XXI un impulso sin precedentes a escala gubernamental, como lo demuestra la aparición de organizaciones exclusivamente latinoamericanas y caribeñas, de inspiración bolivariana, como el ALBA y la CELAC, por solo mencionar las dos más significativas. Por eso, el sueño de Bolívar reflejado claramente en su Carta de Jamaica, sigue siendo una fuente de inspiración para las actuales generaciones que aspiran a la integración de Nuestra América”.

— En su opinión, ¿cuál es el principal desafío que enfrenta hoy la integración latinoamericana y caribeña?

Creo que los desafíos que tiene hoy la integración latinoamericana y caribeña no son muy diferentes a los que ya advirtió Bolívar en la Carta de Jamaica hace 200 años. Quizás hoy, más que entonces, el factor externo, o sea las acciones contrarias a la integración de América Latina y el Caribe, promovidas por Estados Unidos y otras grandes potencias capitalistas, constituya uno de los mayores obstáculos”.

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