Universidad de Buenos Aires restituye restos a Comunidad Tehuelche.

A continuación transcribimos la nota del periodista Adrián Pignatelli

«Hoy nos llevamos a un hermano»: la histórica restitución de restos milenarios a la comunidad tehuelche

Autoridades de la UBA y descendientes de los habitantes originarios del sur de la Patagonia oficializaron la entrega de restos encontrados hace casi 40 años

Todo comenzó en 1979 cuando el arqueólogo Carlos J. Gradín y su equipo ubicó un enterramiento en el cerro Yanquenao, situado a 85 km de Colonia Sarmiento, al norte del lago Colhue Huapi, en la provincia de Chubut. El enterratorio, llamado «chenque», se distinguía a simple vista debido a la acumulación característica de piedras colocadas sobre el lugar. Al pie del faldeo, los profesionales encontraron material lítico y fragmentos de cerámica, aunque el hallazgo más notable fueron numerosos bloques rocosos con arte rupestre.

Gradín estaba ante un esqueleto de un individuo adulto que mostraba un alto grado de articulación y de integridad. Se hallaba depositado superficialmente, en posición decúbito lateral izquierdo, tanto los miembros inferiores flexionados así como los miembros superiores sobre el pecho. La sepultura carecía de ajuar funerario y no estaba asociada a otros materiales arqueológicos. Según las pruebas con radiocarbono, indicó que el cuerpo hacía alrededor de 1.100 años que descansaba allí.

Un largo peregrinar

La exhumación había sido presenciada por los más ancianos de las comunidades del Alto Valle del Río Senguer. Pasarían muchos años hasta que la comunidad indígena diera con el lugar donde había sido llevado su antepasado, que para la ciencia pasó a llamarse el Hombre del Cerro Yanquenao.

Los restos fueron llevados al Instituto de Ciencias Antropológicas para su estudio y desde entonces, quedaron bajo la custodia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.

Durante la década del 80 el esqueleto fue sometido a estudios biarqueológicos, realizados por investigadoras del Instituto de Ciencias Antropológicas. Desde el 2003, la Dra. Ana Aguerre retomó los estudios en el sur de Chubut y emprendió la realización de nuevos análisis, que determinaron que se trataba de un hombre de entre 40 a 50 años de edad, que medía 1,66 y que presentaba una deformación craneana de tipo tabular erecto, variedad plano-frontal, característica común en las zonas de La Pampa y Patagonia. Asimismo, se identificaron distintas lesiones patológicas, como las identificadas en los miembros inferiores y superiores y en el cráneo, que podrían ser compatibles con alguna variedad de treponematosis.

Gestiones de restitución
Para la comunidad tehuelche, era imprescindible reclamar los restos para que se pudiera recuperar la armonía perdida desde el momento en que la tumba fue profanada. En agosto de 2017, el Instituto de Arqueología informó al Programa Nacional de Identificación y Restitución de Restos Humanos Indígenas del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) que los restos óseos se encontraban en el Instituto, acondicionados y bien conservados. En abril del año siguiente Raúl Mera, representante de la comunidad Yanquenao, solicitó la restitución del esqueleto a través de Julio Vera Ortíz, su representante ante el INAI, reclamo del que participaron diversas comunidades e Instituciones.

El Instituto de Arqueología y los investigadores responsables de los restos mortales cumplieron con lo establecido en el artículo 1 de la ley 25.517, que establece que «los restos mortales de aborígenes, cualquiera fuera su característica étnica, que formen parte de museos y/o colecciones públicas o privadas, deberán ser puestos a disposición de los pueblos indígenas y/o comunidades de pertenencia que lo reclamen».

Para los pueblos originarios, «con la restitución, según nuestra cosmovisión, se restablecerán, en parte, los newen (fuerzas de la naturaleza) que nos protegen tanto a nosotros como a nuestro territorio que está sufriendo». El 18 de julio de este año Vera recibió las últimas publicaciones acerca de los estudios realizados sobre los restos óseos y la constancia del retiro de muestras del esqueleto para realizar el estudio de ADN que ya había sido autorizado por los reclamantes. Se pudo observar los restos en perfecto estado de conservación, y se determinó colocarlos en una urna de madera.

«Hoy nos llevamos los restos de un hermano»
La sede del Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani fue el lugar donde representantes de la comunidad tehuelche y autoridades de la Universidad de Buenos Aires se dieron cita, el 11 de octubre para firmar el acta de restitución. Sobre la mesa del salón, la urna de madera con los restos dominaba la escena. La cubría una bandera con tres franjas, una azul –que representa el cielo-, una blanca –color del caballo sagrado en la rogativa- y otra amarilla –el sol-. Las tres simbolizan la cosmovisión; en la franja central, una punta de una flecha, cuyo significado es la lucha de los pueblos originarios.

Julio César Vera – representante de la comunidad Tehuelche Yanquenao-destacó: «Estoy aquí en representación del Lonko Raúl Mera de la comunidad. Es un día muy importante para la memoria, este hecho significa algo muy trascendental para todos los pueblos originarios de América, porque si bien es una restitución, hoy nos llevamos los restos de un hermano».

El rector Alberto Barbieri agradeció «a todos los profesionales que nos han acompañado tanto del INAI como de la UBA, en nombre de las comunidades ese espacio de humanización que le están dando a la ciencia, porque esta restitución para nuestro pueblo mitiga un poco el dolor ancestral que traemos. Agradezco a todos ustedes por humanizar las políticas, por acercarse a las comunidades y por comenzar este camino de reparación a futuro».

La decana Graciela Morgade destacó «a la universidad pública y a nuestra Facultad de Filosofía y Letras de la UBA como un espacio de investigación atravesado por un firme propósito que es abordar todos los temas que tengan que ver con los derechos, nuestra facultad comparte la visión, el desafío y el compromiso de producir un conocimiento científico y al mismo tiempo un conocimiento de diálogo intercultural».

Suscribieron el acta el Dr Barbieri, la Dra. Morgade, Raúl Mera y Julio César Vera –representantes de la comunidad tehuelche mapuche- el Dr. Marcelo Campagno, secretario de Investigación de Filosofía y Letras; la Dra. M. Magdalena Frere, Secretaria Académica del Instituto de Arqueología y el Dr. Nicolás Torres, Director del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas.

Los restos milenarios de este hombre, del que se desconoce su identidad, serán sepultados en el mismo lugar donde descansaba. «Es el único camino para que pueda completar su ciclo», explicaron los representantes de los pueblos originarios.

Fuente: www.infobae.com 15 de octubre de 2018

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