HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, MANUEL. Los “ocho monstruos” de Monteverde

HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, MANUEL. Los “ocho monstruos” de Monteverde. El destierro en Ceuta de dirigentes de la Primera República Venezolana. ISBN 978-84-13138-24-9. Colección Desde América. Ediciones Idea, Tenerife, 2020. 317 pp.

Este libro aborda con fuentes hasta la fecha inéditas el destierro en Ceuta de ocho significativos dirigentes de la Primera República de Venezuela. Cuatro eran criollos: el chileno José Cortés de Madariaga y los venezolanos Juan Germán Roscio, junto con el anterior uno de sus más destacados ideólogos, Juan Paz Castillo y Juan Pablo Ayala y cuatro peninsulares: el cirujano Francisco Isnardi, secretario del Congreso, los militares Ruiz y Mires y el paisano Varona.

Considerados por el restaurador del régimen monárquico, el canario Domingo Monteverde como “ocho monstruos, dispuso su destierro en Ceuta, a pesar de que estaba en contradicción con la capitulación firmada por Francisco de Miranda. Detalla las vivencias y las representaciones para obtener la libertad, la reacción de las Cortes, de la Regencia y del consejo de Indias durante los años que permanecieron en esa plaza, la fuga a Gibraltar de los cuatro americanos y su devolución por su gobernador y las gestiones ante las autoridades británicas para lograr su liberación, que finalmente aconteció, la fuga de uno de los españoles y la libertad de los tres restantes en vísperas de la instauración del Trienio Liberal. Pero no es solo eso también enjuicia la actuación del gobierno erigido por Monteverde y la represión con que procedió contra los partidarios de la Primera República, las causas abiertas contra los ocho y los móviles reales de sus decisiones. Y además de eso, gracias a la numerosa documentación aportada en las causas, con una abundante correspondencia inédita de Cortes de Madariaga y Juan Germán Roscio se avanza en el conocimiento de muchos aspectos del gobierno republicano y de sus relaciones con las diferentes provincias venezolanas que su régimen federal convertirá en estados. Esa notable correspondencia en la que Cortes de Madariaga narra sus relaciones con las elites locales de poblaciones venezolanas como San Carlos, Trujillo, Barinas, Mérida, Barquisimeto o El Tocuyo, e incluso con colombianas hasta su llegada a Bogotá, nos ayuda a modificar muchos puntos de vista con que han sido vistos el comportamiento , los puntos de vista y los intereses sociales y económicos reinantes en ellas e incluso en territorios abiertamente desafectos a la Junta Suprema caraqueña como Maracaibo y Coro . Toda esa documentación permite reconstruir como se fue forjando de forma mucho más compleja de lo que generalmente se ha supuesto el paso de la discutida hegemonía de la Junta Suprema a la República Federal, destacando desde esa perspectiva la actuación no solo de sus clases dirigentes sino también del clero, especialmente sus relaciones con el prelado y el cabildo catedralicio de Mérida a través del perspicaz y satírico enjuiciamiento que aborda una personalidad de la talla del canónigo de la Catedral de Caracas José Cortés de Madariaga, cuyo trascendencia en ese período histórico no ha sido justamente valorada y su confrontación con uno de los más lúcidos intelectuales republicanos, el natural de San Francisco de Tiznados Juan Germán Roscio.