América Latina y la Independencia de Cuba
Sergio Guerra Vilaboy
Difusión del sentimiento proespañol entre los países latinoamericanos
Derecha Reina María Cristina de España
Muy diferente fue la actitud de los países latinoamericanos hacia la lucha independentista cubana cuando la guerra se reanudó en 1895, luego de un paréntesis de más de quince años. La situación de América Latina, en los umbrales del siglo XX, se había modificado sustancialmente, lo que explica la indiferencia glacial de la inmensa mayoría de los gobernantes del hemisferio, plegados a los dictados de las grandes potencias ante el problema de Cuba. Un factor importante en la nueva posición de los países latinoamericanos era que España había dejado de constituir una amenaza para las jóvenes naciones del Continente –a las que extendió su reconocimiento diplomático–, inclusive iba ganando terreno cierto espíritu panhispanista en reacción a la creciente y brutal expansión de Estados Unidos. Manifestaciones de este sentimiento pro-español fueron la creación de la Unión Ibero-Americana, la amplia conmemoración hemisférica del cuarto centenario del llamado descubrimiento de América en 1892 y la solicitud formulada por varios gobiernos latinoamericanos (Costa Rica, Colombia, Bolivia, Ecuador, Perú) a la Reina María Cristina de España para que arbitrara en las disputas fronterizas con sus vecinos. (28)