29 de noviembre de 1811
Bernardo de Monteagudo
Si para ser libres bastara el deseo de serlo, ningún pueblo seria esclavo; mas por desgracia esta tendencia natural de todo ser que piensa, encuentra escollos muchas veces inaccesibles a la imbecilidad del hombre, no sólo en las naciones cuya suerte ha sido envejecerse sin perfeccionar su constitución política, sino aun en aquellas que parecen destinadas a presidir el destino de las demás. En las urnas la corrupción y el fomento de las pasiones terminan la época de su libertad, en las otras la ignorancia y el temor de los contrastes consiguientes a las revoluciones, retardan el día de su esplendor y exaltación. Desgraciado el pueblo que poseído de esta pasión fanática, mira sus primeros males como un reclamo anticipado de sus últimas desgracias, y felices las provincias del Río de la Plata, que sin embargo del suceso desgraciado de nuestras armas en la jornada del 20 de junio (1) han demostrado la mayor firmeza, y en los más críticos momentos han sabido calcular las ventajas que podemos sacar de aquella misma catástrofe, triste resultado de una combinación de circunstancias, que por un doble interés se anunciará a la faz del mundo para satisfacción de los pueblos que han jurado por ser libres. Sigue leyendo →