
Por Sergio Guerra Vilaboy
Me presentaron a Agustín Cueva (1937-1992) a principios de 1978, en La Habana, donde se encontraba como Jurado del prestigioso Premio Casa de las Américas. Su nombre ya era ampliamente conocido por sus penetrantes artículos aparecidos en diferentes revistas y, muy en especial, por aquellos textos que publicó en la revista mexicana Historia y Sociedad en los cuales desnudó, en aguda crítica, a la entonces de moda “teoría de la independencia”. También ya había editado en 1974 ese sugerente ensayo de interpretación: El proceso de dominación político en El Ecuador, publicado en Cuba por la propia Casa de las Américas cinco años después.
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