Por Sergio Guerra Vilaboy

El 26 de abril de 1821 el emperador de Portugal, Juan VI, fue forzado a retornar a Lisboa, lo que puede considerarse el inicio de la independencia de Brasil. Había llegado a Rio de Janeiro en 1808 con toda su corte, más de tres mil personas, cuando era sólo regente, pues su madre la reina María estaba desquiciada. La precipitada salida de Portugal de la familia de los Bragança, a fines de noviembre del año anterior, protegida por la flota de Inglaterra, tenía por objetivo escapar de las tropas napoleónicas que avanzaban sobre toda la península ibérica.
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