Rebelión de los encomenderos

Por Sergio Guerra Vilaboy

La conquista de América propició el surgimiento de una privilegiada casta de encomenderos, enriquecidos con el sometimiento de los pueblos originarios. Ante la política de la monarquía española de limitar sus insaciables ambiciones y creciente poderío, muchos de ellos se rebelaron e incluso algunos llegaron a acariciar la idea de fundar reinos independientes, como intentaron en México los hijos de Hernán Cortés.

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La efímera confederación peruano boliviana

Por Sergio Guerra Vilaboy

La unión de las repúblicas de Perú y Bolivia en un sólo estado se consiguió en 1836 gracias a los esfuerzos de uno de los generales que había servido a las órdenes de José de San Martín y Simón Bolívar: Andrés de Santa Cruz. La realización del ideario integracionista se posibilitó con su elección a la presidencia de Bolivia (1829), cuando tras la caída del presidente José de La Mar la anarquía sacudía al Perú y existían tres gobiernos paralelos con sedes en Lima, Trujillo y Cuzco. Al frente del ejército boliviano, Santa Cruz impuso por la fuerza la estabilidad en Perú y, el 20 de octubre de 1836, declaró constituida la Confederación Peruano-Boliviana.

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Liberación de Santa Clara por el Che el primer día de 1959

Por Sergio Guerra Vilaboy

El punto culminante de la exitosa ofensiva final del Ejército Rebelde, comandado por Fidel Castro, contra la dictadura de Fulgencio Batista fue la batalla por la ciudad de Santa Clara, dirigida por Ernesto Che Guevara. Esta urbe, capital de Las Villas, provincia central de Cuba, estaba defendida por el Regimiento 3, cuyo jefe, el general Alberto del Rio Chaviano, había sido remplazado, el 26 de diciembre del 1958, por el general José Eleuterio Pedraza. Los efectivos gubernamentales en Santa Clara lo componían más de mil soldados y una compañía de tanques ligeros, a los que se sumaban 300 hombres de la Guardia Rural y una cifra similar de policías, estos últimos acuartelados en su jefatura, con dos tanques y dos tanquetas. Además, estaban los soldados evacuados del resto de la provincia ante el empuje insurgente y algunos refuerzos llegados desde La Habana por vía aérea.

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La expansión territorial de Estados Unidos, un libro clave

Por Sergio Guerra Vilaboy

Han transcurrido 85 años de la primera edición en La Habana de La expansión territorial de los Estados Unidos a expensas de España y de los países hispanoamericanos, del historiador cubano Ramiro Guerra Sánchez (1880-1970). A pesar del notable crecimiento de la bibliografía sobre el tema, este libro mantiene su vigencia y sigue siendo de imprescindible consulta.

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La memoria de los vencidos

Por Sergio Guerra Vilaboy

De la historia de los pueblos indígenas americanos, contada por ellos mismos antes de la invasión de los europeos, sólo disponemos en Mesoamérica de algunos textos tallados en piedra o escritos en largos papeles de amate. Estos últimos son los códices, elaborados por los tlacuilos en forma de acordeón, la mayor parte destruidos durante el holocausto de la conquista.

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Fracaso de la unión hispanoamericana

Por Sergio Guerra Vilaboy

A pesar de la aspiración integradora de la América Meridional, compartida por muchos de los libertadores, durante los años de la emancipación de España, o en el periodo inmediato posterior, las antiguas colonias terminaron por descoyuntarse, lo que dio lugar a una verdadera constelación de países. En este proceso de fragmentación del antiguo imperio colonial español, los estados emergentes se conformaron en los límites de los viejos virreinatos y capitanías, respetando las tradicionales jurisdicciones de las audiencias, devenidas en verdadera matriz de las nuevas repúblicas.

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Agonía del Libertador

Simón Bolívar. Martin Tovar y Tovar. 1883

Por Sergio Guerra Vilaboy

El 17 de diciembre de 1830, hace 190 años, falleció Simón Bolívar en la Quinta de San Pedro Alejandrino en Santa Marta (Colombia), donde había encontrado refugio ante el grave deterioro de su salud, después de renunciar a la presidencia de la gran república que había fundado precisamente ese mismo día en 1819. Al morir, con 47 años de edad, estaba acompañado por su médico de cabecera, el francés Alejandro Próspero Révérend, y sus edecanes, los más fieles altos oficiales de su ejército, junto a amigos íntimos.

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