Por Sergio Guerra Vilaboy
El primero criollo que intentó vertebrar un movimiento continental para la independencia hispanoamericana fue el venezolano Francisco de Miranda. Después de llegar a Estados Unidos, como desertor del ejército español en Cuba (1783), como ya contamos en informe Fracto, Miranda comenzó a hablar de “hacer la revolución en las provincias españolas de la América del Sur”. Con posterioridad, elaboró un ambicioso proyecto para la liberación e integración de las colonias hispanoamericanas, desde el Misisipí hasta la Patagonia, que presentó al gobierno de Inglaterra, tradicional enemigo de España, el 27 de marzo de 1790.
Después de recorrer Europa y sobresalir como general en la Revolución Francesa, entregó al premier británico Henry Addington, el 27 de abril de 1801, su Proclama a los Pueblos del Continente Colombiano (alias Hispano-América), para formar un gobierno propio en la América Meridional, a la que por primera vez llama en forma oficial Colombia, como bien explica Carmen Bohórquez en su indispensable libro Francisco de Miranda. Precursor de las independencias de América Latina (2002). Tras enarbolar en Haití la bandera del continente colombiano, desembarcó en Venezuela, el 3 de agosto de 1806, con la primera expedición independentista de la historia hispanoamericana.
A pesar de los denodados esfuerzos de Miranda, la situación todavía no estaba madura para acciones de esa naturaleza. Prueba era el reciente fracaso del complot separatista de los criollos Manuel Gual y José María España en la propia Venezuela (1797). Como resultado de ello, Gual huyó a las Antillas, mientras España terminó ejecutado y descuartizado en Caracas. Al ser descubierta por las autoridades españolas la conspiración de Gual y España, los mantuanos, o sea, la elite de los plantadores esclavistas venezolanos, reaccionaron expresando su colaboración “sin reservas” al régimen colonial. A pesar de la falta de condiciones, Miranda también vertebró una singular logia secreta para hacer proselitismo en Hispanoamérica, en la que se involucraron el cubano José Antonio Caro, el peruano José María de Antepara, el chileno Bernardo O´Higgins y el neogranadino Antonio Nariño.
La labor de Miranda daría un inesperado giro a raíz de la ocupación napoleónica de la península ibérica en 1808, que le hizo acariciar la posibilidad de alcanzar ahora la emancipación. Hay constancia, desde abril de 1809, de que el Precursor, como le ha llamado la historiografía, se comunicó con los principales cabildos hispanoamericanos, entre ellos los de México, Buenos Aires, Lima, La Habana y Caracas, para que aprovecharan la inesperada coyuntura y tomaran el poder.
En sus insistentes misivas, Miranda aconsejaba rechazar la soberanía francesa en esos territorios y la ruptura con la desprestigiada monarquía borbónica. Incluso, el representante español en Londres, Juan Ruíz de Apodaca, recogió testimonios, en un documento fechado el 17 de julio de 1809, de que el venezolano “esperaba que para Enero o Febrero próximos estaría España conquistada por los franceses, y para cuya época se reunirían en Panamá los diputados de todas las provincias de América donde elegirían el gobierno que les acomodase.”
Con el mismo propósito, Miranda comenzó a editar en Londres, desde el 15 de marzo de 1810, su periódico El Colombiano, que circuló por toda Hispanoamérica. La incendiaria publicación dejó de salir el 15 de mayo de ese año, por presiones del gobierno realista español sobre Inglaterra, ahora aliados contra Napoleón. Unos meses más tarde, el Precursor partió hacia Venezuela, tras conocer en Londres, por boca de Simón Bolívar y Andrés Bello, la explosiva situación en la América del Sur. En su tierra natal, Francisco de Miranda, ya sexagenario, tuvo un destacado papel en la radicalización de la Junta de Gobierno, auto titulada “Conservadora de los Derechos de Fernando VII”, con la proclamación de la independencia de Venezuela, el 5 de julio de 1811, la primera de toda la América española, así como en la formación y defensa de la república venezolana (1811-1812). Apresado por los realistas en el puerto de La Guaira, en un controvertido episodio con Bolívar, cuando se disponía abandonar Venezuela después de las capitulaciones de San Mateo con los realistas, fue encerrado en la fortaleza de La Carraca, en Cádiz, donde el Precursor e Iniciador de la independencia de la América española murió el 16 de julio de 1816.
Fuente: www.informefracto.com – 23 de abril de 2021
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