El 30S un año después. Juan Paz y Miño lo recuerda en Buenos Aires. 30 de septiembre de 2011

El día que América Latina se jugó por Ecuador y la democracia regional

Tiempo Argentino 2 de Octubre de 2011

Por Javier Borelli
El académico presentó un libro sobre lo que ocurrió aquel día en que el presidente Correa fue secuestrado por un grupo de policías y corrió riesgo la estabilidad de todo el subcontinente. Los medios y el rol clave de la Unasur.

Las imágenes de aquel día quedarán grabadas en la memoria colectiva latinoamericana: Rafael Correa aflojándose de un tirón el nudo de su corbata y alzando la voz desde un balcón: “Si quieren matar al presidente, aquí está. Mátenlo si les da la gana, mátenlo si tienen valor.” Debajo, un grupo de policías del Regimiento Nº 1 de Quito se declaraba en rebeldía y sentaba las bases para un nuevo intento de golpe de Estado en Ecuador.

“Si la intentona triunfaba, se ponía en riesgo la estabilidad de cualquier otro gobierno en América Latina”, asegura a un año de aquel hecho Juan Paz y Miño, historiador ecuatoriano y autor de Insubordinación o golpe de Estado: la trama del 30-S, donde repasa los acontecimientos de un día que comenzó con una protesta policial y terminó poniendo a prueba el gobierno de Correa, su apoyo popular y las alianzas políticas de toda la región.

Paz y Miño, quien vino a la Argentina para las II Jornadas de Historia organizadas por el Centro Cultural de la Cooperación y la Asociación de Historiadores latinoamericanos y del Caribe (ADHILAC), explica que “el gobierno de Correa ha cuestionado el poder histórico de los que manejaron el Estado. Los partidos tradicionales quedaron en repliegue y eso formó una oposición desarticulada aunque visceral, sentimental, que reacciona de forma irracional frente al gobierno, tratando de impedir que avance su proceso. Aprovechando una insurrección de policías, muchos de esos sectores encontraron la oportunidad para articular un de golpe de Estado”, resume el vicepresidente de ADHILAC.

Para el historiador, el 30-S debe ser considerado un día-proceso: “A las 7 AM, cuando empieza la sublevación policial, no está la conspiración totalmente en juego, pero sí al mediodía, y a la noche es evidente. A las 7 el presidente ni siquiera ha ido al regimiento. Su llegada define la situación, porque concentra toda la atención allí y en lo que vive, secuestrado en un hospital.” Porque además, resalta, se impide la entrada de congresistas en el palacio legislativo, se paraliza el transporte, cierra el sistema educativo y se comienzan a registrar asaltos y saqueos.

En ese marco, y habiendo sectores de poder que hacen fuerza por destituir al presidente, ¿por qué no cae Correa?

“Quienes ansiaban el golpe recordaban el fin de tres presidentes anteriores: Abdalá Bucaram en 1997, Yamil Mahuad en 2000 y Lucio Gutiérrez en 2005, derrocados por movilizaciones. No entendieron que el clima había cambiado y la movilización fue a favor de Correa y de la democracia. Les salió todo al revés. Por eso, al final del día, la única oportunidad que les queda a los policías insubordinados es matar al presidente. Hay grabaciones en que se escucha que llaman a matarlo. Hay informes de inteligencia de las Fuerzas Armadas que advierten del peligro y de los francotiradores.”

La liberación de Correa, seguida en vivo por televisión, sigue siendo objeto de polémica y el presidente ganó un juicio por difamación al diario El Universo por haber afirmado que ordenó “fuego a discreción” contra el hospital. La discusión por el rol de los medios obliga a preguntar por el capítulo local, tema que el académico también conoce por su trabajo como editorialista del diario estatal El telégrafo y colaborador de El Comercio.

“Los medios privados siempre han sido un factor político, y con el ascenso de Correa y la falta de partidos tradicionales orgánicos que enfrenten semejante avalancha, se convirtieron en instrumentos de la oposición. El 30-S evidenció el alineamiento de los medios privados, que no salieron en defensa de la democracia. Trataron de demostrar que no hubo intento de golpe de Estado, ni secuestro, ni intento por matar al presidente.”

La trascendencia de aquel día no se limitó a lo que pasaba en Ecuador. Porque los presidentes de la Unasur, fueron convocados de urgencia por el entonces secretario del organismo, Néstor Kirchner, para dar una señal de respaldo a Correa y señalar que no iban a tolerar un régimen de facto en ningún país del continente. Paz y Miño comparte la valoración del hecho y remarca que toda América Latina salvó su democracia ese día. “Si el golpe en Ecuador triunfaba, podríamos haber entrado en un ciclo donde los golpes de Estado se vuelven sutiles. Aprovechan una insubordinación o un movimiento escasamente popular para dar aviso de que hay una reacción nacional contra un gobierno.” Sin embargo, el pueblo ecuatoriano resistió a los cantos de sirena. Sus socios en la UNASUR también. El 30-S escribió entonces una nueva página en la historia que Paz y Miño sintetiza: “América Latina comenzó a cuidarse a sí misma.”

http://tiempo.elargentino.com/notas/dia-que-america-latina-se-jugo-ecuador-y-democracia-regional

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