PRONUNCIAMIENTO
DEL FRENTE POR LA DEFENSA DE LA DEMOCRACIA SOBRE LA INVASIÓN DE HACE 25 AÑOS Y EL DESTINO DE LA DEMOCRACIA PANAMEÑA
Veinticinco años en la vida de una nación pueden no ser nada o significar mucho. A nosotros los panameños, la invasión de los E.U. nos marcó para siempre, a tal punto que pareciera que esta hubiera sucedido ayer.
Todavía hoy no se conoce oficialmente el total de víctimas mortales, nadie quiere hablar de esto, ni los gobiernos norteamericanos ni los panameños. ¿Qué se trata de ocultar? Ante esta inmensa desgracia, el pueblo panameño tiene el derecho a saber, por lo menos, cuántos fueron sus muertos.
Se dijo en aquel entonces que la “Operación Causa Justa”, como consecuencia, traería a Panamá la democracia. En el tiempo transcurrido, hoy podemos afirmar que la invasión imperialista no nos trajo la democracia que necesitaba el país, pero lo que sí podemos decir es que se diseñó un régimen político a la medida de un poder político y económico tutelado por el imperio, poder que al pasar los años y por su pronto agotamiento, devino en un modelo de gestión de intolerancia y antidemocrático que elevó a los extremos la corrupción y la impunidad, encabezado por Ricardo Martinelli Berrocal y su Partido Cambio Democrático, junto con el “círculo cero”.
Como producto de la invasión, el sufrimiento de la nación y del pueblo obliga a todos los panameños a ponernos de acuerdo en ¿cuál debe ser el tipo de democracia que necesita nuestro país? Por lo visto, la democracia resultado de la invasión no alcanzó para resolver los problemas básicos que agobian a la gran masa, como: la pobreza en general, el empleo digno, el alto costo de la vida, la inseguridad ciudadana y la corrupción en el seno de las instituciones del Estado. Además, nuestra democracia todavía sigue siendo excluyente.
Si no queremos que se repita lo del último periodo presidencial, hay que desarrollar y profundizar nuestra democracia, la que además de representativa debe ser participativa e incluyente, así como deliberativa, para que se superen los límites de los partidos. Hay que consultar y tomar en cuenta a la sociedad civil organizada. Estas son algunas de las lecciones que nos ha dejado la invasión norteamericana de hace 25 años.
En cuanto al poder del Estado, la invasión nos creó un oligopolio o sea, el control del Estado en manos de pocos partido (como si fueran empresas): inicialmente el Partido Panameñista y el Partido Revolucionario Democrático y ante el agotamiento del bipartidismo (o sea la alternancia en el poder entre estos dos partidos, cada 5 años), el surgimiento de un tercer partido, Cambio Democrático. Estos fueron los 3 principales partidos que controlaron el poder del Estado panameño en los últimos 25 años. En gran parte, lo que el país vivió con el gobierno de Martinelli se debió a la existencia de este modelo de régimen político.
Otra de las consecuencias de la invasión del 20/12, fue la imposición de políticas antipopulares por parte de los gobiernos post-invasión. Esta situación llevó al pueblo a las calles a enfrentar dichas medidas neo-liberales, como la privatización de las empresas estatales y de servicios básicos.
Lo que vivió la Nación y el pueblo panameño nos lleva a la convicción de que la invasión, la guerra y la violencia no deben ser los medios para resolver las crisis que se vivan en cualquier país y mucho menos, si la destrucción llega de un poder extranjero, como fue el caso de Panamá. Esta otra lección, tampoco debemos olvidarla, nuestras diferencias, que siempre van a existir, debemos resolverlas por las vías pacíficas, como las políticas, a través del diálogo y las negociaciones.
Pero, como la invasión afectó a todo el país, a todos los bandos políticos, el pueblo panameño debe exigir al Gobierno de los Estados Unidos la indemnización por los muertos, la destrucción material y el daño psicológico ocasionado, principalmente a la niñez del “Barrio Mártir del Chorrillo”. La premisa para esta exigencia es que la invasión fue una acción de guerra innecesaria e injustificada, como lo ha afirmado el General retirado Cisneros, quien dirigió dicha acción.
Las consecuencias de este drama y desgracia es que al país le queda pendiente, para que esto no vuelva a suceder, la tarea de construir una democracia diferente a la que nos dejó la invasión. En la coyuntura política actual, uno de los caminos que nos debe llevar a alcanzar ese anhelo es el combate contra la corrupción, en la forma en que esta se presente, combatir la impunidad y exigir el castigo de los culpables. Por eso, la lucha actual contra la corrupción generalizada e institucional del gobierno de Martinelli, se convierte hoy en una forma de homenaje a los muertos y mártires de la invasión, en el sentido de que su muerte no fue en vano ya que esta debe servir para alcanzar la verdadera democracia panameña.
La importancia y significación del 20 de diciembre en la historia de Panamá ha convertido esta fecha en un hito y punto de inflexión por eso, además de ser un día de recogimiento y reflexión debe, también ser un día de duelo nacional. En la historia del territorio de este istmo, dicha invasión es solo comparable con el genocidio de la población originaria por parte de los europeos y con la guerra civil de los mil días, entre liberales y conservadores, cuando todavía formábamos parte de Colombia. Por ello, cada panameño debe preguntarse si fue necesaria e inevitable dicha invasión.
¡LOOR A LOS MÁRTIRES Y VÍCTIMAS DE LA INVASIÓN!
¡20 DE DICIEMBRE, DÍA DE DUELO NACIONAL!
¡NUNCA OLVIDAR!
Lisímaco Jacinto López y López