La complicada vida del general Rigaud

Sergio Guerra Vilaboy

Hace 260 años nació en Los Cayos, al suroeste de la colonia francesa de Saint Domingue uno de los grandes líderes de la Revolución Haitiana: Joseph André Rigaud. El general Rigaud sobresalió en la guerra contra los realistas e invasores extranjeros de Saint Domingue y después disputó la presidencia de la nueva república independiente al general Alexander Petion.

Era hijo de un rico plantador blanco con Rose Bossy Depa, una esclava, lo que le permitió llevar el apellido de su progenitor, tener un buen nivel de vida y estudiar en Burdeos. Muy joven se enroló en el ejército francés y participó en la guerra de independencia de las trece colonias inglesas de Norteamérica. De regreso a su tierra natal fue uno de los mulatos que exigía la aplicación de las leyes revolucionarias igualitaristas de la Revolución Francesa que beneficiaban a la llamada gente de color, o sea pardos y negros libres. Después de la ejecución del jefe de esta rebelión armada, Vicent Ogé, ocurrida el 25 de febrero de 1791, Rigaud se unió al levantamiento revolucionario por esas reivindicaciones.

El nuevo alzamiento de los mulatos y negros libres, iniciado en la primavera de ese mismo año por Louis Jacques Bauvais, no tardó en hacer causa común con los representantes de la Revolución Francesa enfrentados a los grandes plantadores blancos que optaban por el viejo régimen, sobre todo después del estallido de la masiva sublevación de esclavos en la parte norte. Pronto Rigaud logró organizar su propio destacamento militar que operó en amplias zonas del oeste y el sur, donde era más abundante la población mulata. En 1792 le fue conferida autoridad sobre ese territorio por el comisario francés Étienne Polvérel, necesitado de su apoyo para vencer a los invasores españoles y a los ricos colonos blancos devenidos realistas.

Por sus méritos en esa contienda, la Convención francesa le reconoció, tras la paz de Basilea (1795), el grado de general de brigada junto a los mulatos Bauvais, Jean Louis Villate y el ex esclavo negro Toussaint Louverture. A continuación, el general Rigaud siguió combatiendo en las regiones meridionales contra los invasores británicos subordinado a Toussaint Louverture, nombrado comandante en jefe de todas las fuerzas galas en Saint Domingue, hasta que los ingleses fueron vencidos en agosto de 1798.

Terminada la contienda contra los británicos, los planes de Rigaud para restablecer la economía en su zona de operaciones se vieron interrumpidos por el estallido, el 15 de junio de 1799, del enfrentamiento armado con el ejército de los antiguos esclavos en la llamada Guerra de los Cuchilllos o des Couteaux. Al verse perdido, Rigaud llegó incluso a solicitar ayuda a las autoridades españolas en Santiago de Cuba. Derrotado por los efectivos de Louverture, en julio de 1800, debió exiliarse en Francia junto con Alexander Petion, mientras el otro líder mulato, el general Bauvais, moría en un naufragio al intentar escapar de la isla.

Rigaud regresó a Saint Domingue a principios de 1802 en las filas del ejército francés de Víctor Emmanuel Leclerc, enviado por Napoleón Bonaparte para recuperar el control directo de la colonia, acompañado de Petion, Jean Pierre Boyer y otros altos jefes mulatos expatriados. La noticia de la llegada de los principales dirigentes de la “gente de color” puso a su favor todo el sur de Saint Domingue, vuelto en contra de Louverture. Sin embargo, las represalias adoptadas por Leclerc en forma indiscriminada contra los oficiales negros y mulatos, junto al descarnado proyecto napoleónico de restablecer la esclavitud, propiciaron la reconciliación de los dos bandos haitianos y su alianza para enfrentar a los franceses y alcanzar la independencia (1804). El propio Rigaud sufrió personalmente los vejámenes de los franceses y recibió un trato parecido al de Louverture, pues en abril de 1802 fue desterrado a Francia, donde fue confinado en la prisión de Fort de Joux.

Liberado de su encierro en 1810 por el propio Napoleón, Rigaud regresó a su tierra natal. En Los Cayos, Petion le organizó a su antiguo jefe un recibimiento apoteósico y le encargó la gobernación de la Grand-Anse. Pero muy pronto Rigaud le disputó la presidencia de Haití, de la que el norte se había separado por los generales negros de Henri Christophe, nombrado emperador. Ante la imposibilidad de vencer a Petion, Rigaud organizó su propio Estado del Sur en su tradicional bastión meridional, que sólo se reintegró a la república haitiana tras su muerte, ocurrida el 18 de septiembre de 1811.

fuente: www.informefracto.com – 10 de septiembre de 2021

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