Francisco Morales Padrón. Homenaje de sus discípulos

Falleció el catedrático hispano

El  historiador nacido en Santa Brígida, Las Palmas, Gran Canaria en 1923, falleció en Sevilla el 15 de noviembre de 2010.

Francisco Morales Padron-2006

Recibido de Licenciado en Historia de América en la Universidad de Sevilla obtuvo su Doctorado en Historia de América en la Universidad de Madrid (1952). Fue catedrático de la Universidad de Sevilla y Profesor Emérito de la Universidad de Sevilla desde 1989.

El americanismo de luto

Enriqueta Vila Vilar (1) Para El Mundo
De la Real Academia Sevillana de Buenas Letras

En los primeros años de la década de los sesenta del pasado siglo, cuando yo estudiaba en las queridas aulas de la Universidad de Sevilla,  tuve la suerte de tener como profesor de mi especialidad, entre otros,  a D. Francisco Morales Padrón. En teoría era Catedrático de una asignatura de tan larga nomenclatura como “Historia de los Descubrimientos Geográficos”, pero en realidad en la primera semana de clases nos había hecho un compendio enciclopédico de la Historia de América, que era uno de los muchos saberes que guardaba su privilegiada memoria. Fue, desde muy joven, un americanista universal, cofundador con hispanistas célebres – Magnus Mörner o Pierre Chaunu entre otros- de la Sociedad de Latinoamericanistas europeos que tenía la finalidad de conectar con los americanistas de la Europa del Este, cuando el célebre muro los separaba, y también fue el primer profesor que buscó becas para enviar a doctorandos a América en aquellos años en que a los estudiantes nos estaba privado salir al extranjero.

Pretender compendiar en unas líneas la formidable trayectoria académica del Profesor Morales Padrón es tarea imposible. Con más de sesenta libros y varios centenares  de artículos publicados en revistas especializadas y en periódicos, con cursos y conferencias dictados en múltiples universidades del mundo, con su tarea docente en la Escuela Diplomática y los más de cincuenta años dedicados a la Universidad Hispalense, resulta difícil enumerar sus méritos y mucho menos calibrar los resultados. Por eso me voy a centrar en su obra escrita sobre el perfil que aquí quiero reseñar, el de americanista. Su trabajo de investigación en la historia americana es ingente: unas treinta monografías entre las que destacan manuales ya clásicos, publicaciones de mapas y planos –hay que destacar su Historia de América en mapas, labor de muchos años- y tratados que van desde Colón, sus viajes y temas de los primeros años de la colonización hasta asuntos de  América contemporánea como ese bello libro titulado América en sus novelas, además de numerosos artículos. En 1955 publica dos de sus mejores obras: El comercio canario-americano. S. XVI al XVIII y Fisonomía de la conquista indiana, obras clásicas que todavía son imprescindibles.

En 1958, junto con Florentino Pérez –Embid, Acción de España en América y desde luego no se pueden obviar sus dos grandes manuales: Historia del Descubrimiento y Conquista de América, publicado por la Editora Nacional en 1963 y reeditada en cinco ocasiones o su gran Historia de América que había publicado un año antes, en dos tomos, Espasa Calpe.  Pero yo destacaría de toda su labor investigadora en el mundo americano, una anterior, publicada en 1952, titulada Jamaica Española que en 2003 fue traducida al inglés en una bella y cuidada edición. Y la destaco, sobre todo, por dos motivos: porque es una historia sólida y completa -resultado de su tesis doctoral-, del tiempo que la isla permaneció en poder de la Corona española y también, porque su incursión en el mundo del Caribe le hizo darse cuenta de la necesidad de escribir la historia de ese mar y su hinterland, enclave principalísimo del Imperio español, cuya documentación, sobre todo de los siglos XVI y XVII, se hallaba única y exclusivamente en el Archivo General de Indias. Y así inició un trabajo en equipo que dio como resultado una serie de tesis doctorales sobre la historia de las islas en los siglos XVI al XVIII, la  mayoría de las cuales han sido publicadas. Porque como buen maestro, D. Francisco no se limitaba a trabajar en solitario: incitaba a los que lo rodean para que también lo hicieran y ese ha sido uno de los grandes logros de su vida. Por eso siempre le han atraído las publicaciones colectivas y es un nato creador y director de Revistas importantes. Concretamente en esta faceta fue director de Anuario de Estudios americanos desde 1950  a 1975 y fundó y dirigió Historiografía y bibliografía Americanista desde 1954  a 1979. Con motivo del V Centenario organizó y dirigió una de las obras más importantes que quedarán como testimonio de esta efemérides: la Colección  Tabulae Americae en la que aparecieron en edición facsímil, con estudios introductorios de profesionales de primera fila, una serie de libros de la Biblioteca Colombina,  muchos de ellos propiedad del propio Almirante y anotados por él.

Hoy, desafortunadamente, el mundo del americanismo está de luto porque con el profesor Morales Padrón, desaparece uno de los últimos eslabones de una saga irrepetible.

(1) Nota enviada a ADHILAC por la autora

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