Sergio Guerra Vilaboy: un promotor a escala continental

El autor y su obra

Yohamna Depestre Corcho, 24 de octubre de 2012

El autor y su obra, espacio que utiliza el Instituto Cubano del Libro para homenajear a destacados intelectuales cubanos, tuvo como invitado a Sergio Guerra Vilaboy, gran historiador de Latinoamérica.

En su aval preside la Sección Cubana de la Asociación de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe (ADHILAC) y es Secretario Ejecutivo de su directiva internacional. Es miembro del Tribunal Nacional Permanente de la República de Cuba para el otorgamiento de doctorados en Historia. Representa a la Universidad de La Habana en la Cátedra de Historia de Iberoamérica, creada por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). También es miembro del Consejo Asesor de la Biblioteca de la Cátedra de Cultura Cubana Alejo Carpentier, de la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España.) Es subdirector de la revista Debates Americanos, de la Casa de Altos Estudios Fernando Ortiz de La Habana. Pertenece a los consejos editoriales de las revistas América Nuestra (Cuba), La Formación del Historiador, Tzintzun y Sotavento (México), Resgate (Brasil), Investigación y Desarrollo (Colombia), así como de Kó-Eyú Latinoamericano (Venezuela). De 1974 a 1994, ha sido jefe del Departamento de Historia (1994-1995) de la Universidad de La Habana, del Departamento de Historia de América y vicedecano de la Facultad de Filosofía e Historia. Entre 1990 y 1999 presidió la Comisión Nacional de Planes y Programas de la carrera de Historia en Cuba. Ha dictado conferencias en el Instituto de Historia de la Academia de Ciencias de la desaparecida Unión Soviética; en la Universidad de Leipzig de Alemania; en la Universidad Santa María de Caracas, así como en la Universidad Central, la Universidad Pedagógica Experimental Libertador y en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, de Venezuela; en la Universidad de Brasilia; en la Universidad de Quintana Roo y en la Universidad Veracruzana de México; en la Universidad de los Andes, Simón Bolívar, de Ecuador; y en las universidades españolas de Cádiz, Santiago de Compostela y Complutense de Madrid. Además, ha ofrecido cursos de postgrado en la Universidad de Panamá, en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, en la Universidad Veracruzana y en la Universidad de Sonora, en México. En Colombia, fue asesor internacional del Proyecto de Colciencias «Naturaleza de las Relaciones Exteriores entre Colombia y Cuba 1960-1993». En 1983 obtuvo el Premio Literario de Ensayo en el Concurso 13 de marzo, de la Universidad de La Habana, con un texto sobre los partidos políticos en Guatemala.

El panel estuvo integrado por colegas y amigos, que contaron anécdotas sobre vivencias compartidas con este prestigioso investigador.

Pedro Pablo Rodríguez, destacada figura del pensamiento cubano contemporáneo, sacó a la luz en su amplia intervención el fuerte lazo que ha ligado la vida de Sergio Guerra al Centro de Estudios Martianos. Opinó que una de las mayores virtudes del homenajeado es lograr la unidad de pensamiento relegando a un segundo plano las discrepancias; esta condición, unida  a su poder de convocatoria, ha dado como fruto la divulgación de las obras de un gran número de historiadores  cubanos y extranjeros.  El Premio Nacional de Ciencias Sociales de 2009 catalogó al jefe del Departamento de Historia y presidente de la Cátedra Eloy Alfaro como un promotor a escala continental.

El más joven del panel, Wilfredo Padrón, viajó desde su provincia natal, Pinar del Río, para recordar los momentos en que fuese alumno de Vilaboy, en la Universidad de La Habana. Destacó su perpetua cualidad de mentor exigente, directo y colaborativo, que brindaba a sus discípulos la oportunidad de crecer como profesionales. Esta relación  estudiante-educador lograba que existiese una constante retroalimentación, ya que invariablemente consideraba que sus alumnos son una cantera de continuo aprendizaje. Debido a ello, la conexión de Padrón y Guerra trascendió el plano profesional.

Su colega, el doctor Oscar Luyola Vega, desplegó, de manera jovial y coloquial, sus memorias, y se remontó a su relación amistosa que comenzara en un campamento cañero, durante la zafra de 1970; prosiguió disertando sobre su primer trabajo en 1971; nombró sus 300 artículos y 27 libros publicados en Cuba y en el mundo, con temas como el mestizaje, la cultura, la religión y la realidad política de Latinoamérica. En sus lecturas, el amigo descubrió que el problema de América era el mismo y que la historiografía es de interpretación no descriptiva.

Por su parte, Sergio Guerra Vilaboy agradeció la presencia en el público de Rolando Drago, embajador de Chile en Cuba, además de recordar al primer Historiador de La Habana desde 1935, Emilio Roig de Leuchsenring,— y confesó que no estaba entre sus planes ser profesor, pero que ahora no concebía no serlo. La carrera de Historia siempre le interesó, pero nunca la percibió como una profesión, por eso se decidió a estudiar ingeniería, la cual abandonó al cabo de un año, al enterarse de que existía la Historia como licenciatura; ya en ella, se inclinó por el estudio de Latinoamérica. Decisión que reforzó su viaje a la antigua URSS, al comprender que debía conocer no solo a un país latinoamericano, sino a todos por igual.

Con sus cuarenta años en el mundo de la pedagogía, magisterio que ejerce desde 1973, considera que, investigación y docencia van de la mano. Y recordó a los tres maestros que más lo han influenciado: el guatemalteco Manuel Galich, el alemán Manfred Kossok y Francisco Pividal, venezolano que lo sumerge en el estudio de la Historia comparada.

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